En su primera gran entrevista desde que ganó las elecciones presidenciales del pasado 5 de noviembre, Donald Trump ha rebajado algo el tono de algunas de las propuestas más radicales con las que hizo campaña. Mantiene su promesa de deportar inmigrantes sin papeles, pero asegura que inicialmente la centrará en “los delincuentes” y que luego con el resto verá “cómo va”, abriendo la puerta a un pacto para que los llamados dreamers (que llegaron como menores hijos de inmigrantes y han hecho su vida en el país) se queden en Estados Unidos. También asegura que no impulsará una persecución judicial contra sus rivales políticos y que no nombrará un fiscal especial que investigue al actual presidente, Joe Biden, y su familia. Sí reitera que habrá indultos en su primer día en el cargo para los condenados por el asalto al Capitolio y también que impondrá aranceles, aunque ahora admite que no puede garantizar que eso no afecte al bolsillo de los estadounidenses.