Una de las cosas más extenuantes de invitar a comer a gente es, sin duda, la preparación. Siempre apetece ser un buen anfitrión, pero la cantidad de horas que (a veces) hay que invertir en la cocina para llegar serlo no están pagadas. Plantearse que puedes quedar genial con unas preparaciones fáciles y que, además, se pueden preparar con antelación, es una de las mejores soluciones que vas a tener a mano.