
Purificación Gómez, profesora de francés, se jubiló recientemente con un sinsabor: “Estoy harta de estar dando clase de francés a los alumnos de 1º y 2° de la ESO y que los chicos estén mirando al patio viendo como sus otros compañeros juegan al baloncesto, mientras que yo les estoy enseñando como se conjuga un verbo”. Vivió esto en sus últimos años como docente. Intentó hacer algo para motivar a los estudiantes cuando todavía se paseaba por los pasillos del instituto, pero no lo logró. Hoy, en casa e impartiendo clases particulares cuando le viene bien, la situación le sigue preocupando y quitando un poco el sueño: la optativa de francés en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) peligra cada vez más en la Comunidad de Madrid. De hecho, los estudiantes que la eligen has pasado de un 35% a un 27% en 10 años.