Jefe del gigante del consumo Unilever durante casi una década, Paul Polman (Enschede, Países Bajos, 68 años) se ha erigido en los últimos años en una nítida voz de progreso en la esfera empresarial. Pide a sus excolegas exactamente eso: que no se queden callados frente al creciente riesgo de erosión de la democracia. “Si no actuamos juntos”, sostiene, “el precio que pagaremos en cinco o 10 años será muy alto”. Preocupado por las consecuencias que puede tener la victoria de Donald Trump en Estados Unidos —a quien llama a no retroceder en la transición energética—, responde las preguntas de EL PAÍS por teléfono desde Londres, donde vive.