Si hay algo cierto en el 41º Congreso Federal del PSOE es que la figura de Pedro Sánchez saldrá reforzada por los suyos. A partir del lunes empezarán a abrirse las incertidumbres en el caso de las federaciones que tienen pendientes de celebrar sus congresos regionales y tienen dirigentes con liderazgos vacantes o cuestionados. Es el caso de la federación madrileña, tras la dimisión de su secretario general, Juan Lobato; la de Castilla y León, la aragonesa, la cántabra o la andaluza, la anfitriona del cónclave socialista, la que más militantes aglutina en el partido y la que no termina de remontar en las encuestas desde que perdieran la Junta en 2018. La vicesecretaria general del PSOE, la sevillana María Jesús Montero, ha sido clara sobre las expectativas de la formación ante esas citas regionales: “Queremos que el partido esté en forma y eso pasa por revitalizar el proyecto político y algunos liderazgos”.