
Hace ahora un mes, el rey Mohamed VI, de 61 años, acudió apoyado en un bastón a la pista del aeropuerto de Rabat. Iba escoltado por su hijo, el príncipe heredero Hasán, de 21, y por su hija, Lala Jadiya, de 17, para dar la bienvenida al presidente francés, Emmanuel Macron. Fuentes del palacio real atribuyeron el apoyo ortopédico a que el monarca había sufrido “una contractura muscular en el costado derecho a causa de una ciática”. En imágenes distribuidas pocos días antes, tras la toma de posesión de nuevos ministros del Gobierno marroquí, mostraba síntomas evidentes de deterioro físico, con el cuerpo y la cabeza ladeados hacia su izquierda.