La creciente crispación entre los partidos, la hiperconectividad amplificada por las redes sociales y un estrés desbocado hacen que el ejercicio de la política sea cada vez más difícil y repercuta, además, en un mayor nivel de bronca en el debate público. Ante ese escenario, algunos dirigentes del PSOE, PP, Sumar e IU practican la atención plena o mindfulness, unos ejercicios que ayudan a concentrarse mejor, cohesionar equipos y sobre todo mantener a raya el estrés, al tiempo que favorecen, según sostienen quienes lo practican, la consecución de acuerdos.
«Les ayuda a discrepar de mejor manera»
La atención plena está presente en Parlamentos como el británico, donde más de 350 diputados la han practicado en la última década, según la entidad The Mindfulness Initiative. Las Cámaras legislativas de otros países como Alemania, Uruguay o Canadá han contado con programas para difundir su práctica. Naciones Unidas reconoció hace dos semanas el potencial del mindfulness para la salud y el bienestar y declaró el 21 de diciembre Día Mundial de la Meditación.
“El mindfulness ayuda a los políticos a discrepar de mejor manera”, resume Chris Ruane, exdiputado laborista y miembro de la ONG Mindfulness Initiative, que acaba de terminar una gira por Asia para difundir la atención plena. La práctica, dice, les da a los políticos mayor resiliencia y optimiza sus respuestas sin reacciones emocionales. “Con todos los diputados trabajando 50 horas a la semana y casi la mitad 70 horas, les ayuda a manejar el estrés, la presión del trabajo y el burnout [síndrome de desgaste profesional]”, ilustra por correo electrónico Richard Edwards, presidente de esta ONG.
En un contexto combativo de presión, amenazas y constante escrutinio, antaño muchos políticos veían el mindfulness como un signo potencial de debilidad, recuerda este experto. “Pero hoy esos temores están disminuyendo, con muchos políticos demostrando cómo la práctica les ayuda a desarrollar sus habilidades de liderazgo”, destaca Edwards. A pesar de ciertos vínculos con el budismo, la atención plena es una práctica laica basada en la ciencia, recuerda.