De Max Ernst (Brühl, 1891-París, 1976), una de las estrellas más populares del movimiento surrealista, se conoce la mayor parte de su impactante y llamativa obra. Filósofo de formación, sus raíces creativas crecieron lejos de los ámbitos académicos y optó por aprender en lo que a comienzos del siglo pasado se llamaban “manicomios”. Su participación como soldado en la Primera Guerra Mundial le proporcionó elementos para crear las visiones entre fantásticas y terroríficas de una obra que ha sido reconocida sobradamente en los principales museos del mundo.