El brasileño Luiz Inácio Lula da Silva tiene una fama de equilibrista labrada durante una carrera política marcada por el empeño en encontrar soluciones en un término medio que satisfaga a todos. Está por ver si su plan para recortar gastos gubernamentales y cumplir su gran promesa electoral a la clase media cumple esa premisa a ojos del electorado y los mercados. En el ecuador del mandato, el Gobierno de Lula ha anunciado este jueves un paquete de recortes para ahorrar en dos años 70.000 millones de reales (12.000 millones de dólares ). La víspera, el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, el delfín del presidente izquierdista, anunció un proyecto legislativo para eximir del impuesto de la renta a quien gana menos de 5.000 reales al mes (835 dólares) y gravar más a los que ingresan por encima de 50.000 reales mensuales.