
España ya tiene el visto bueno que pretendía a los cambios de su plan de recuperación. Pero todo tiene un precio: la modificación aprobada este martes por los ministros de Finanzas de la UE contempla un pago de unos 25.000 millones de euros en el siguiente tramo del plan, el quinto, que lleva aparejado la obligación de aumentar la tributación del diésel. Si el Gobierno no lo saca adelante -en principio, antes de marzo-, la Comisión Europea planteará una rebaja, todavía por determinar, en la cantidad final.