En 1988 un joven diseñador de videojuegos se empecinó en grabar a su hermano trepando paredes, saltando y rodando para copiar sus movimientos. Hasta entonces, los movimientos de los personajes no eran lo que se dice realistas, pero el juego que ese joven desarrolló cambió las reglas para siempre. Era Jordan Mechner (Nueva York, 60 años), y su criatura Prince of Persia, una saga que revolucionó el mundo del videojuego y ha vendido más de 20 millones de copias. Los videojuegos y luego el cine (participó en varias películas, incluyendo la adaptación cinematográfica del juego, con Jake Gillenhaal en 2008), ocuparon todo el tiempo de Mechner durante tres décadas, y desplazaron su otra gran pasión: el cómic. Desde 2007, Mechner escribía diarios ilustrados, y decidió dar el siguiente paso. Ahora publica Replay, que cuenta la historia de su familia. De la huida de Austria de su abuelo gracias a que pudo enseñar a los guardias dos acuarelas de Hitler que había comprado casi por casualidad, a la llegada de la familia a Nueva York, donde se instala, toda la vida de ese clan cabe en Replay que, por supuesto, también desmenuza las interioridades de Prince of Persia y de una industria, la de los videojuegos, con sus luces y sus sombras.