Italia levantó la ‘Ensaladera’ por segundo año consecutivo en el Martín Carpena y puso el broche a dos semanas idílicas para el tenis transalpino al firmar una doble corona histórica en Málaga con los títulos de la Copa Davis y la Copa Billie Jean King, conseguida por su equipo femenino el miércoles. Nunca antes lo había logrado Italia y solo cuatro países lo consiguieron antes: Estados Unidos, Australia, Chequia y Rusia (compitió como Federación rusa en 2021).
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Las victorias de Matteo Berrettini frente a Botic Van de Zandschulp (6-4 y 6-2), verdugo de Rafa Nadal en Málaga, y del número 1 del mundo Jannik Sinner sobre Tallon Griekspoor (7-6(2) y 6-2) dieron el título a Italia y acabaron con el sueño de Países Bajos, que peleaba por primera vez en una final de Copa Davis.
Berrettini abrió el camino
Botic Van de Zandschulp y Matteo Berrettini fueron los encargados de abrir la final en el Carpena. El neerlandés había ganado sus tres partidos hasta el momento en estas finales -2 individuales y 1 dobles- y llegaba cargado de confianza. También el italiano pudo ganar en cuartos en el dobles junto a Sinner frente a Argentina y celebró un triunfo sufrido en semifinales ante Kokkinakis. Ambos tenistas comenzaron sacando adelante su primer juego al servicio con apuros, llegando al iguales (1-1).
Cualquier ‘break’ iba a ser un tesoro muy codiciado en este encuentro. El primer set avanzaba sin roturas (4-4). Ninguno era capaz de apretar el juego de saque del rival, hasta que Berrettini sacó a pasear la derecha en el noveno juego del partido para ponerse 0-40. La dejó en la red Botic con su revés a dos manos y el italiano consiguió el break para colocarse 5-4 y tener la oportunidad de cerrar el set con su servicio. Y no falló. Primer set para el de Roma (6-4).
El partido se ponía aún más cuesta arriba para Van de Zandschulp en su segundo turno de saque del segundo parcial. Un juego que tenía 40-0, se le complicó y lo acabó regalando con una doble falta. 2-1 y servicio para Berrettini, cada vez más cerca de dar el primer punto a su país. Matteo estaba crecido, tenía el pabellón encendido y en la siguiente puerta que le abrió el neerlandés se coló con todo para dejar el partido visto para sentencia. Firmó un juego espectacular el resto, sacando el repertorio de ‘passing’ y voleas para volver a quebrar el saque de Botic y quedarse a un juego de la victoria (5-2). Perdonó una, pero a la segunda bola de partido que tuvo, cerró el primer punto para Italia (6-4 y 6-2).
Sinner, infalible
La final ya estaba muy encarrilada para Italia, sobre todo cuando sabes que en el segundo turno juega Jannik Sinner, número 1 del mundo, para certificar el título. No empezó fácil el partido para el de San Cándido. Tuvo que salvar un 15-40 en el tercer juego del choque para no verse por detrás en el parcial (2-1). Griekspoor estaba desplegando un muy buen tenis, el necesario para plantar cara a Sinner, muy seguro al servicio, y consiguió llevar la primera manga el tie break, pero como ya le ocurriera el martes ante Alcaraz y el viernes ante Struff, cedió el primer parcial en el desempate. Apareció el mejor Sinner para llevarse el tie por 7-2 (7-6).
El tie break le afectó al neerlandés y Sinner parecía no quererle poner más emoción al asunto. A la primera bola de break que le concedió Griekspoor, el de San Cándido rompió su saque para ponerse en ventaja en la segunda manga (2-1). Llegó el ‘contrabreak’ de Griekspoor para volver a igualar el parcial y encender a la hinchada naranja, en inferioridad numérica pero muy ruidosa. El espectáculo de la pista pasaba también a las gradas del Carpena. Y cuando más encendido estaba el neerlandés, una doble falta le complicó su juego con 40-15 y en otra le regaló el ‘break’ a Sinner, que volvía a mandar en el set (3-2).
Y ahí terminó la historia del partido y de la final. El italiano ya no volvió a hacer ninguna concesión, rompió de nuevo el saque de su rival y se acabó adjudicando también la segunda por 6-2. Juego, set, partido, eliminatoria y Copa Davis para Italia. Otra vez…
