“Cuando uno juega a videojuegos está acostumbrado a soñar con lo imposible”. Este lunes, en la madrileña plaza del Callao, pudieron escucharse esas palabras en la boca de Santiago Bustamante, director cultural del museo de los videojuegos OXO de Málaga. En este caso, el sueño es trasladar el formato del exitoso museo andaluz al centro de Madrid y, como si de un propio videojuego se tratara, podemos decir: misión cumplida. En el número 8 de la calle del Postigo de San Martín, la antigua sede de la librería La Central, los libros han sido sustituidos por dispositivos tecnológicos. Es el signo de los tiempos.