En pleno debate en México sobre la propuesta legislativa de elevar un 87% el impuesto a las bebidas saborizadas, la industria refresquera del país ha signado con el Gobierno una serie de medidas para reducir el contenido de azúcar en sus presentaciones. El abanico de promesas, al que han accedido los gigantes del sector como Coca-Cola y Pepsi, pasa por la reformulación de sus refrescos para reducir las calorías, el lanzamiento de productos con menos endulzantes y la restricción de publicidad. Eduardo Clark, subsecretario de la Secretaría de Salud, celebró el compromiso de las empresas y confirmó que se mantiene la propuesta de elevar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) sobre estos productos. La iniciativa, en este momento en discusión en la Cámara de Diputados, fija un alza del IEPS a los refrescos de 1,64 pesos por litro a 3,08 pesos por litro, mientras que en las bebidas con endulzantes no calóricos el impuesto pasará de 0 a 1,5 pesos por litro, a partir del próximo año.
